Si estás acostumbrado a tomar cantidades considerables de ibuprofeno por un simple dolor de cabeza, deberías dejar de hacerlo. El consumo continuado de dosis de 600 miligramos por toma favorece la aparición de complicaciones de la salud que puede resultar fatales. Médicos y farmacéuticos alertan de que el abuso de este medicamento propicia la aparición a corto plazo de problemas gástricos, renales y de derrames de sangre en forma de ictus y trombosis. El Departamento vasco de Salud y las farmacias de Euskadi han puesto en marcha una campaña para advertir a la población de que la dosis máxima de este fármaco, no debería superar los 400 miligramos por toma.
Los daños en el organismo generados por una toma excesiva de este medicamento se producen de manera paulatina. El primero en pagar las consecuencias es el estómago. En poco tiempo aparecen problemas de gastritis, que en unos meses pueden convertirse en úlceras. A medio plazo, el perjuicio se extiende a los riñones. Si estos síntomas se continuan sin llegar a ser curados las consecuencias serían fatales.
Paula Alonso Vázquez
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